Cuando efectuamos un procedimiento en un conducto radicular, es imperativo que después de cada instrumentación el clínico limpie y desinfecte el conducto minuciosamente con irrigantes endodónticos – incluso donde los instrumentos no pueden alcanzar. Sin embargo, esto puede ser complicado, ya que los irrigantes deben llegar hasta donde son necesarios pero sin ir más allá de los límites del conducto, y sin pasar a través del tejido apical dañando potencialmente el tejido sano.

El Dr. Dan Fischer dice: “El concepto básico de irrigación en endodoncia es llevar la cánula más pequeña posible hacia abajo, cerca del ápice, pero lejos del foramen, e irrigar desde abajo hacia arriba. Es imperativo comenzar desde abajo para excluir el entrampamiento de aire en el conducto – es muy difícil desplazar una burbuja de aire cuando se rellena el conducto desde cervical hacia el ápice. Sin embargo, cuanto más profundo es el conducto, más difícil…